miércoles, 16 de septiembre de 2009


Mi concepto: Sadismo

¿Que es? es el placer que se obtiene mediante el sufrimiento de otro; en cambio el masoquismo describe el increíble gozo que se logra por el sufrimiento de uno mismo.

Nadie por inverosímil que parezca, puede estar impregnado de una de estas tendencias sin poseer algo o mucho de la otra; sucede que la otra permanece invisible. Un torturador, un verdugo, un provocador de dolores ajeno es obviamente sádico, pero es al mismo tiempo, con intensidad (aunque en forma encubierta) un masoquista

La crueldad del hombre puede estremecer el cielo. El odio, la capacidad de destrucción, la indiferencia y hasta su deleite por el padecimiento asustan. Las crónicas de todos lo tiempos informan sobre asesinatos, torturas, atentados, y abuso a cargo de sujetos convertidos en francotiradores, o asociados en bandas de delincuentes o en organizaciones dedicadas al terror. La humanidad convive con ellos, lucha, los persigue. Y también los alimenta. Hay gobiernos que asilan y adiestran terroristas, etc.

¿Debemos recordar el circo romano? El circo fue creado a imagen y semejanza del que ya existía entre los hombres cuando aprendieron a divertirse con el sufrimiento de los otros, allá, en la honda prehistoria. Y siguió prosperando después del imperio. Claro que si: hoy, diariamente, en función continuada provista de variaciones sobre el tema, el circo romano está metido en el living y el dormitorio bajo la forma de un apantalla televisiva que divierte a la plebe sedienta de sangre, y la regodea con el despanzurramiento en colores, cámara rápida o lenta, y detalles atroces de infinita sofisticación.

Durante cinco mil años, la guerra ha sido cantada por la épica, celebrada por los líderes, homenajeada por pueblos enteros. Se le cuelgan vistosas etiquetas, guirnaldas legitimadoras: se dice guerras heroicas, guerra de la independencia, guerra de liberación, guerra justa. Pero la guerra es esencialmente muertos, heridos, angustia, campos arrasados, abusos de todo orden, odio. La guerra no solo causa humillación y pérdidas en el vencido: corrompe al triunfador porque incorpora el gozo por el sufrimiento ajeno.

Es imprescindible para equilibrar a otros para que sobreviva la sociedad y hasta el mismo planeta la presencia de la culpa en el psiquismo humano. En dosis adecuadas, ayuda a controlar, sublimar y razonar impulsos que anhelan su satisfacción inmediata. Si no hay un límite, dañarán inevitablemente al conjunto.

Marcos Aguinis “Elogio de la culpa"

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